Lulit.

Lulit.

lunes, 5 de enero de 2009

El tiempo se va lentamente...el tiempo se va tan lentamente.
El tiempo se va tan lentamente para los que esperan. ¿Pero se va adónde? ¿Qué hará el tiempo con nosotros? ¿Qué hará con nuestro futuro? ¿El futuro nos traerá amor y felicidad o soledad y tristeza? ¿El futuro nos llevará por un camino o por otro? ¿Nuestra alma logrará salvarse o será corrompida? Luchar por los sueños ¿Tiene sentido? ¿El futuro romperá nuestros sueños como un cristal? ¿El futuro nos cobrará nuestros crímenes o el futuro nos dará la oportunidad de redimirlos? ¿Habrá el merecido final feliz? ¿Habrá desolación y tristeza? ¿Triunfará el bien? ¿Triunfará el mal? El tiempo va lentamente... ¿Hacia dónde? Sacamos fotos para congelar el tiempo, para que no se vaya... pero el tiempo se va lentamente. Nos encantan las fotos, nos encanta el tiempo congelado. A quién no le gustaría una foto del futuro ¿no? El futuro que imaginamos, nuestros deseos, son ensayos del futuro; nuestros deseos son... fotos del futuro. A veces el futuro nos hace un guiño, nos deja espiarlo, robarle una foto, como si fuéramos papparazzis del destino. Es más fácil pensar que hay un destino escrito, que simplemente avanzamos hacia nuestro destino, pero el futuro es volátil, una simple decisión, y todo cambia...Un error, un traspié, una acción, una omisión, y las fotos del futuro cambian. Las fotos del futuro son imprecisas. El pasado no se puede cambiar, el presente está ocurriendo, pero el futuro... el futuro cambia cada instante. Queremos correr contra el tiempo, anticiparnos, detenerlo, pero es una pérdida de tiempo ¿no? Lo que hacemos o lo que no hacemos va moldeando el futuro. Un segundo antes y tenés un final feliz; un segundo después y todo cambia. El futuro es una foto que cambia constatemente. Al futuro no se le puede sacar fotos, porque cambia todo el tiempo. Hoy tiene una cara, mañana otra. Hoy está... y mañana no está.

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