Lulit.

Lulit.

jueves, 10 de febrero de 2011

El hombre de piano;


Esta es la historia de un sábado, que no importa que mes. Y de un hombre sentado al piano, que no importa que viejo café.
Toma el vaso y le tiemblan las manos, apestando entre humor y sudor, y se agarra a su tabla de naufrago volviendo a su eterna canción.
Toca otra vez viejo perdedor, haces que me sienta bien. Es tan triste la noche que tu canción, sabe a derrota y a miel.
Cada vez que el espejo de la pared, le devuelve más joven la piel; se le encienden los ojos y su niñez viene a tocar junto a el.
Pero siempre hay borrachos con babas, que le recuerdan quien fue. El mas joven maestro al piano, vencido por una mujer.
Ella siempre temía echar raíces, que pudieran sus alas cortar. Y en la jaula metida la vida se la iba, y quizo sus fuerzas probar.
No lamenta que de, malos pasos. Aunque nunca desea su mal.
Pero a ratos con furia golpea al piano, y algunos lo han visto llorar.
El micrófono huele a cerveza, y el calor se podría cortar. Solitarios obscuros buscando pareja, apurándose a un sábado más.

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